Según Musk, “Robots HUMANOIDES realmente útiles” LLEGARAN a partir del SIGUIENTE AÑO 

Tesla pondrá en producción robots humanoides dentro de unos meses, según el CEO de la empresa. 

Steve Benford y Praminda Caleb-Solly: El reciente anuncio de Elon Musk en Twitter de que “Tesla tendrá robots humanoides realmente útiles en producción a pequeña escala para uso interno de Tesla el próximo año” sugiere que los robots que tienen características físicas similares a las humanas y brindan una función “realmente útil” podrían estar con nosotros pronto. 
 
Sin embargo, a pesar de décadas de intentos, los robots humanoides útiles han seguido siendo una ficción que nunca parece alcanzar la realidad. ¿Estamos finalmente en el punto crucial de un gran avance? Es relevante preguntarse si realmente necesitamos robots humanoides.  

El robot Optimus de Tesla es solo uno de varios robots humanoides emergentes, que se unen a los de Atlas de Boston Dynamics, Figure 01 de Figure AI, Phoenix de Sanctuary AI y muchos otros. Suelen tomar la forma de una plataforma bípeda capaz de caminar y saltar, junto con otras hazañas atléticas. En la parte superior de esta plataforma se pueden montar un par de brazos y manos robóticos que son capaces de manipular objetos con diversos grados de destreza y tacto. 
 
Detrás de los ojos se esconde una inteligencia artificial diseñada para planificar la navegación, reconocer objetos y llevar a cabo tareas con ellos. Los usos más habituales para estos robots son las fábricas, para realizar tareas repetitivas, sucias, aburridas y peligrosas, y para trabajar junto a los humanos, de forma colaborativa, como por ejemplo llevar una escalera juntos. 
 
También se propone su uso en funciones de la industria de servicios, tal vez sustituyendo a la generación actual de robots de servicio más utilitarios de “recepción y bienvenida” y “guías turísticos”. Podrían utilizarse en el ámbito de la asistencia social, donde se han hecho intentos de levantar y mover a humanos, como el Riken Robear (hay que reconocer que era más un oso que un humanoide), y para proporcionar cuidados personales y terapias. 
 
También existe un mercado más establecido y en crecimiento de robots sexuales humanoides. Curiosamente, aunque mucha gente reconoce los problemas morales y éticos relacionados con ellos, el uso de robots humanoides en otras áreas parece suscitar menos controversia. Es complicado poner en práctica robots humanoides. ¿Por qué debería ser así? 
 
Existen numerosos retos de ingeniería, como conseguir una locomoción bípeda flexible en diferentes terrenos. Los humanos tardaron unos cuatro millones de años en lograrlo, por lo que la situación actual en lo que respecta a los robots humanoides es bastante impresionante. Pero los humanos aprenden a combinar un complejo conjunto de capacidades sensoriales para lograr esta hazaña. 
 
De manera similar, lograr la manipulación diestra de objetos, que vienen en todas las formas, tamaños, pesos y niveles de fragilidad, está resultando difícil con los robots. Sin embargo, ha habido avances significativos, como las manos diestras de la empresa británica Shadow Robot. 
 
En comparación con el cuerpo humano, que está cubierto de una piel suave y flexible que percibe y se adapta continuamente al mundo, las capacidades táctiles de los robots se limitan a unos pocos puntos de contacto, como las yemas de los dedos. 
 
Pasar de la automatización de tareas específicas en las líneas de montaje de las fábricas a la improvisación de tareas generales en un mundo dinámico exige un mayor progreso en inteligencia artificial, así como en capacidades mecánicas y sensoriales. Por último, si un robot parece humano, se espera que tenga que comunicarse con nosotros como un humano, quizá incluso responder emocionalmente. 

Sin embargo, aquí es donde las cosas pueden volverse realmente complicadas, porque si nuestros cerebros, que han evolucionado para reconocer elementos no verbales de comunicación, no perciben todas las microexpresiones que se interpretan a nivel subconsciente, el robot humanoide puede resultar positivamente espeluznante. 
 
Estos son solo algunos de los principales desafíos de investigación que ya están poniendo a prueba a las comunidades de investigadores en robótica e interacción humano-robot en todo el mundo. También existe la restricción adicional de implementar robots humanoides en nuestro mundo real en constante cambio y ruidoso, con lluvia, polvo y calor. Estas son condiciones muy diferentes a aquellas en las que se prueban. Entonces, ¿no deberíamos centrarnos en construir sistemas que sean más robustos y que no sucumban a los mismos escollos que los humanos? 
 
Recrearnos a nosotros mismos 
 
Esto nos lleva a la pregunta de por qué Musk y muchos otros se centran en los robots humanoides. ¿Nuestros compañeros robóticos deben parecerse a nosotros? Un argumento es que hemos adaptado gradualmente nuestro mundo para que se ajuste al cuerpo humano. Por ejemplo, nuestros edificios y ciudades están construidos en gran medida para acomodar nuestra forma física. Por lo tanto, una opción obvia es que los robots también adopten esta forma. 
 
Sin embargo, hay que decir que nuestros entornos y herramientas construidos a menudo suponen un cierto nivel de fuerza, destreza y capacidad sensorial que pone en desventaja a un gran número de personas, incluidas las discapacitadas. ¿El surgimiento de máquinas de metal más fuertes entre nosotros perpetuaría aún más esta división? 
 
Tal vez deberíamos ver a los robots como parte del mundo que necesitamos crear y que se adapte mejor a la diversidad de cuerpos humanos. Podríamos poner más esfuerzo en integrar tecnologías robóticas en nuestros edificios, muebles, herramientas y vehículos, haciéndolos más inteligentes y adaptables, de modo que sean más accesibles para todos. 
 
Es sorprendente cómo la generación actual de formas limitadas de robots no refleja la diversidad de cuerpos humanos. Tal vez nuestra aparente obsesión con los robots humanoides tenga otras raíces más profundas. El deseo divino de crear versiones de nosotros mismos es una fantasía que se repite una y otra vez en la ciencia ficción distópica, de la que la industria tecnológica se apropia fácilmente de ideas. 
 
O tal vez los robots humanoides sean un “lanzamiento a la Luna”, una visión que todos podemos entender pero que es increíblemente difícil de lograr. En resumen, puede que no estemos completamente seguros de por qué queremos ir allí, pero es probable que surjan innovaciones de ingeniería impresionantes con solo intentarlo. 

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