La ATLÁNTIDA sí EXISTIÓ y estaba en el MEDITERRÁNEO

El yacimiento neolítico de La Marmotta se encuentra en el fondo del lago Bracciano, a unos 60 kilómetros de Roma. Este sitio ha revelado vestigios de una comunidad agrícola primitiva que prosperó hace más de 7,000 años. La comparación con Atlántida se debe a su misterioso surgimiento y desaparición, además del notable desarrollo para su tiempo. Este lugar, como la ciudad perdida de Platón, despierta la imaginación y la curiosidad sobre las antiguas sociedades y los misterios que aún guardan.

Descubierto en 1964, la materia orgánica en la Marmotta se conserva como si alguien la hubiera abandonado hace apenas unos días. Del fondo del lago han ido surgiendo herramientas de piedra, restos de cerámica y evidencia de prácticas agrícolas tempranas. El yacimiento actualmente representa una ventana fascinante hacia los inicios de la agricultura en Europa, evidenciando la transición crucial de las sociedades cazadoras-recolectoras a comunidades agrícolas permanentes durante el Neolítico.

El asentamiento, activo entre el 5600 y el 5200 a.C. (Neolítico Antiguo), yace a unos 300 metros de la orilla actual del Lago de Bracciano, sumergido a 8 metros de profundidad. Aproximadamente, solo el 25% ha sido excavado, sugiriendo una extensión original de 2 hectáreas. Las casas son rectangulares, con compartimentos internos y hogar central, medían entre 10 y 8 metros de largo por 6 metros de ancho. Los investigadores han revelado que la disposición espacial insinúa un modelo protourbano temprano.

La población neolítica que alguna vez habitó esta ciudad sumergida también fue cazadora y recolectora. Además, los restos de cerámicas y rocas, de obsidiana y para la fabricación de herramientas, revelan que mantenían sólidas redes de contactos con otras comunidades en las islas italianas de Palmarola y Lipari, del sílex del Gargano, los Alpes y del este del Mediterráneo.

Lo más notable de la Marmotta es su asombroso grado de conservación, similar al contexto de Pompeya, todo permanece prácticamente en el mismo estado en que las dejaron quienes las fabricaron y habitaron el lugar. Entre los hallazgos destacan miles de utensilios de piedra, madera y hueso, ornamentos y recipientes cerámicos y de cestería, indicativos de diversas actividades. También cinco piraguas, decenas de hoces, cuencos, palos cavadores, arcos y cestos, además de restos textiles, alimentos y más de 20.000 semillas de 200 especies diferentes.

Fuentes: National Geographic

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