Muchos creen que la Formación Durupinar de Turquía contiene los restos petrificados del barco bíblico de Noé.
Situado aproximadamente a 3 km al norte de la frontera iraní y a unos 2.000 metros sobre el nivel del mar, el yacimiento, que durante años ha sido considerado por algunos como el lugar de descanso final del arca, podría pronto ser el centro de una nueva y significativa excavación arqueológica.
Investigadores de la empresa californiana Noah’s Ark Scans esperan demostrar de una vez por todas que la Formación Durupinar es realmente la vasija bíblica construida por Noé en la época del Antiguo Testamento.
“El lugar se encuentra en un flujo de tierra activo con inviernos rigurosos, por lo que proteger la zona es nuestra máxima prioridad”, declaró el investigador Andrew Jones a The Sun. “En los próximos años, nuestros socios universitarios turcos realizarán pruebas no destructivas, como muestreo de suelo, escaneos de radar y otros métodos, para determinar si las estructuras que hemos detectado son realmente artificiales o simplemente formaciones naturales”.
“Solo después de reunir suficientes pruebas y contar con un plan de conservación adecuado, consideraremos la excavación”.
Algunos expertos ya están convencidos de que el sitio contiene realmente los restos petrificados del arca.
A principios de este año, un nuevo estudio halló evidencia que vincula la formación con la historia de Noé, en forma de pistas que indican que toda la región estuvo bajo el agua en la época del Diluvio Universal.
Se analizaron 30 muestras de suelo y roca del sitio y se determinó que contenían materiales arcillosos, depósitos marinos e incluso rastros de pequeños mariscos que datan de hace entre 3500 y 5000 años.
“Nuestros estudios muestran que esta región albergó vida en ese período y que, en algún momento, estuvo cubierta de agua, lo que refuerza la posibilidad de que se produjera un evento catastrófico de gran magnitud”, escribió entonces el equipo internacional de investigadores.