Lo que exactamente pasó con los 118 colonos que se establecieron en la isla Roanoke a fines del siglo XVI ha sido un misterio durante mucho tiempo.
Según registros históricos, a finales del siglo XVI, 118 colonos ingleses se asentaron en la isla de Roanoke, en lo que hoy es Carolina del Norte.
Sin embargo, la situación no fue fácil para los colonos, y pronto se encontraron con escasez de suministros.
La situación empeoró tanto que, en 1587, el líder de la colonia, Ralph Lane, decidió regresar a Inglaterra para solicitar más provisiones. Sin embargo, cuando finalmente regresó con un barco de suministros tres años después, se encontró con que toda la colonia estaba completamente desierta.
Todo objeto útil o de valor había sido despojado, y la única pista sobre el paradero de los colonos era la palabra «CROATOAN», grabada en un poste de madera.
Esto sugería que habían ido a reunirse con los nativos croatoan que vivían a unos 80 kilómetros al sur, pero si llegaron allí ha sido un misterio durante mucho tiempo.
Algunas historias sugerían que los colonos habían sido asesinados por nativos hostiles, mientras que otras sostenían que habían sido atacados por los españoles o que habían muerto a causa de una enfermedad.
Sin embargo, ahora, las excavaciones en la isla de Hatteras, hogar de los croatoans, han aportado evidencia definitiva que indica que los colonos perdidos sí llegaron allí.
Esto se presenta en forma de una escala de martillo que data del siglo XVI y es una señal inequívoca de que los colonos debieron haber llegado a la isla, ya que los nativos no contaban con tecnología metalúrgica en aquella época.
“La escala de martillo demuestra que los colonos ingleses vivieron entre los croatoans en Hatteras y finalmente fueron absorbidos por su comunidad”, declaró el arqueólogo Mark Horton a Mail Online .
“De una vez por todas, esta evidencia irrefutable responde a cualquier pregunta sobre el supuesto misterio de la colonia perdida”.