Descubrimiento nos demuestra que el ADN humano es capaz de AUTO-REPARARSE

Este nuevo descubrimiento científico supone un profundo cambio en el campo de la biología y, además, tendrá grandes ventajas, por ejemplo, en la lucha contra el cáncer. El núcleo del ser humano es metabólicamente activo, según los hallazgos de una nueva investigación realizada por científicos españoles, que trabajan en el Centro de Regulación Genómica de Barcelona, y por investigadores de la Universidad de Medicina de Viena.
Estos científicos han demostrado que, cuando se produce un daño generalizado del ADN, el núcleo se protege a sí mismo al poner en marcha una maquinaria mitocondrial que es capaz de ejecutar reparaciones urgentes para poder así mantener la integridad del genoma. Estos hallazgos representan un cambio de paradigma, porque históricamente se ha considerado que el núcleo era “metabólicamente inerte”, ya que importaba todas sus necesidades a través de cadenas de suministro en el citoplasma.

Y la buena noticia es que este nuevo descubrimiento puede ayudar a guiar futuras líneas de investigación del cáncer al ofrecer nuevas pistas para superar la resistencia a los medicamentos y, finalmente, el diseño de nuevos tratamientos.

Una célula humana típica es metabólicamente activa, porque produce reacciones químicas que convierten los nutrientes en energía y productos útiles que sustentan la vida. Estas reacciones también crean especies reactivas de oxígeno, subproductos peligrosos como el peróxido de hidrógeno que dañan los componentes básicos del ADN de la misma manera que el oxígeno y el agua corroen el metal y forman óxido. Así como los edificios colapsan por el efecto acumulativo del óxido, las especies reactivas de oxígeno amenazan la integridad del genoma.

Se cree que las células equilibran delicadamente sus necesidades energéticas y evitan dañar el ADN al contener la actividad metabólica fuera del núcleo y dentro del citoplasma y las mitocondrias. Las enzimas antioxidantes se implementan para eliminar las especies reactivas de oxígeno en su origen antes de que lleguen al ADN, una estrategia defensiva que protege a los aproximadamente 3 mil millones de nucleótidos de sufrir mutaciones potencialmente catastróficas.

Pero, si de todos modos se produce daño en el ADN, las células se detienen momentáneamente y realizan reparaciones, sintetizando nuevos componentes básicos y llenando los vacíos. A pesar del papel central del metabolismo celular en el mantenimiento de la integridad del genoma, no ha habido ningún estudio sistemático e imparcial sobre cómo las perturbaciones metabólicas afectan el proceso de daño y reparación del ADN.

Esto es particularmente importante para enfermedades como el cáncer, que se caracteriza por su capacidad para secuestrar procesos metabólicos para un crecimiento sin restricciones.

Un equipo de investigación liderado por Sara Sdelci en el Centro de Regulación Genómica (CRG) en Barcelona y Joanna Loizou en el Centro de Investigación de Medicina Molecular de la Academia de Ciencias de Austria en Viena y la Universidad Médica de Viena abordó este desafío llevando a cabo varios experimentos para identificar qué enzimas y procesos metabólicos son esenciales para la respuesta al daño del ADN de una célula.
Estos hallazgos pueden guiar futuras líneas de investigación del cáncer. Algunos medicamentos contra el cáncer, como el etopósido utilizado en este estudio, destruyen las células tumorales al dañar su ADN e inhibir el proceso de reparación. Si se acumula suficiente daño, la célula cancerosa inicia un proceso en el que se autodestruye.

Durante sus experimentos, los investigadores descubrieron que la eliminación de genes metabólicos críticos para la respiración celular, el proceso que genera energía a partir del oxígeno y los nutrientes, hizo que las células sanas normales se volvieran resistentes al etopósido.

De hecho, la doctora Joanna Loizou, de la Universidad de Viena, destaca que “hemos aprendido cómo se entrelazan los dos procesos celulares fundamentales de reparación y metabolismo del ADN y nuestros hallazgos arrojan luz sobre cómo la orientación de estas dos vías en el cáncer podría mejorar los resultados terapéuticos para los pacientes”.

Fuente: Cadena SER

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