Agencias de NoticiasEs probable que los animales se emborrachen con fruta fermentada con mucha más frecuencia de lo que se creía anteriormente.
No son sólo los humanos los que se emborrachan: se sabe que miembros del reino animal, desde los monos hasta los elefantes, se dan un festín de fruta fermentada que puede dejarlos un poco peor, por decir lo menos.
Pero, aunque la opinión convencional ha sido durante mucho tiempo que el hecho de que los animales se emborrachen de esta manera es un suceso poco frecuente, los científicos han llegado ahora a la conclusión de que, de hecho, puede ser algo muy común.
El etanol está presente en casi todos los ecosistemas, sostienen, lo que significa que es probable que toda una gama de especies se haya adaptado para incluirlo en sus dietas naturales.
“Nos estamos alejando de esta visión antropocéntrica de que el etanol es sólo algo que los humanos utilizan”, declaró la Dra. Kimberley Hockings de la Universidad de Exeter.
“Es mucho más abundante en el mundo natural de lo que pensábamos anteriormente, y la mayoría de los animales que comen frutas azucaradas van a estar expuestos a algún nivel de etanol”.
La evidencia sugiere que, aunque los animales probablemente poseían genes capaces de metabolizar el etanol durante muchos millones de años, esta capacidad ha sido perfeccionada desde entonces por el tiempo y la evolución.
“Desde una perspectiva ecológica, no es ventajoso estar ebrio mientras trepas por los árboles o rodeado de depredadores por la noche; esa es una receta para que tus genes no se transmitan”, declaró Matthew Carrigan del College of Central Florida.
“Es lo opuesto a los humanos que quieren emborracharse, pero realmente no quieren las calorías: desde la perspectiva no humana, los animales quieren las calorías, pero no la embriaguez”.
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Rafael Oseguera
Enigma 900
Jorge P. Luevano
Tom Fremantle
