Francisco CarrilloAl igual que sus vecinos, los jovas y los eudeves, los ópatas ya han desaparecido como unidad étnica diferenciada. Sin embargo, en Agua Prieta aún quedan ópatas que radican en la mancha urbana, uno de ellos es el señor Ramón Sauri Villalobos, uno de los últimos ópatas que quedan en el municipio. Este descendiente ópatas es originario del municipio de Bacadehuachi, Sonora.
En 1950 en adelante no se han registrado hablantes y únicamente se conservan frases y palabras aisladas.
Ramón Sauri es un señor con los rasgos y características ópata que reside actualmente en Agua Prieta. Su actividad económica se basa en el comercio ambulante, vendiendo pulseras tejidas y amuletos por las diversas calles de la ciudad fronteriza. Cuando muchos ópatas salieron a combatir hacia otros estados del país muchos establecieron en Yucatán y centro de México. Sauri es apellido ópatas y hace referencia a que la mujer destacada en política, Dulce María Sauri Riancho, es de descendencia ópatas.
La palabra ópatas significa “gente hostil” en lengua pima y era el término usado por estos cuando se referían a los ópatas. Comenta que el pueblo, su nombre viene de “Auri” en el dialecto ópatas.
Los indígenas ópatas son un linaje indio a punto de desaparecer.
El hábitat tradicional de los ópatas se localiza en el centro y noreste de sonora, sobre las cuencas altas de los ríos y sonora. En Huachinera aún quedan (en menor cantidad) ópatas que de hecho tienen representación en el gobierno municipal de aquel municipio.
Los ópatas en la antigüedad fabricaban bateas y cucharas de madera. Los centros para las actividades religiosas del grupo ópatas son los templos católicos. El santo más común entre los ópatas es san Isidro Labrador, muy venerado en toda el área y patrón de varias aldeas.
La parroquia central de Bacadehuachi la construyeron los ópatas y es uno de los más grandes y más vistosos de la zona donde estuvieron asentados.
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