El tiburón, apodado Vimy, presentaba dos marcas de mandíbulas en su cabeza. La primera ya había cicatrizado casi por completo, mientras que la otra era reciente. «Estaba claro que algo le agarró la cabeza entera», expresó Chris Fischer, el presidente fundador de OCEARCH, citado por The Charlotte Observer. Y añadió que lo más probable es que Vimy haya sido mordido por otro tiburón.
En opinión de Fisher, el ataque pudo haber ocurrido mientras Vimy competía con otros machos por una hembra o al intentar aparearse con un ejemplar más grande, que respondió lastimándolo con los dientes. Aunque también pudo haber provocado la reacción agresiva de otro tiburón al interrumpirlo mientras devoraba a una presa.