Uno de los tiburones blancos más grandes jamás rastreados en el Atlántico del Norte ha regresado de forma misteriosa a un rastreo satelital tras haberse perdido hace un año en aguas de Charleston, Carolina del Sur.
El tiburón, una hembra de 14 pies y dos pulgadas, conocida como Katharine, comenzó a transmitir datos borrosos esta semana a 200 millas cerca de la frontera entre Virginia y Carolina del Norte, según la agencia de rastreo de tiburones OCEARCH.
Katharine pesaba 2,300 libras cuando fue monitoreada hace siete años cerca de Cape Cod, y entre los misterios que enfrentan los investigadores es cuánto habría crecido desde entonces, le dijo a McClatchy News, Chris Fischer, fundador de OCEARCH. Katharine podría tener unas 1,000 libras más de peso, especula Fischer.
“Han pasado siete años. Una de las cosas que no sabemos es la tasa de crecimiento cuando llegan a semejante tamaño”, dijo Fischer en una entrevista telefónica.
La reaparición en el satélite fue una verdadera sorpresa para los científicos, quienes estimaban que la batería del rastreador de Katharine debía haber muerto hace dos años.