Andrew Powell intentó desesperadamente defenderse mientras el enjambre lo acorralaba en su propio baño.
Ser picado por una avispa puede ser una experiencia dolorosa en el mejor de los casos, así que piensen en este desafortunado hombre de 57 años de Gales que se vio asediado por un enorme enjambre de insectos.
La pesadilla comenzó cuando un granjero local perturbó inadvertidamente un nido en un campo cercano, lo que provocó que el enjambre atacara a Powell, que estaba frente a su propia casa en ese momento.
Sin previo aviso, los insectos comenzaron a picarlo repetidamente, lo que lo obligó a refugiarse en el interior.
Incapaz de deshacerse de ellos, incluso intentó refugiarse en su ducha, pero ni siquiera eso los detuvo.
“Me tambaleé por el frente de la casa y entré en la ducha, pero me siguieron y me picaron a través de la ropa en la ducha”, dijo. “El baño estaba lleno de ellos”.
Terminó siendo picado 160 veces, incluidas 15 veces en la nuca.
Afortunadamente, pudo dar la alarma y su amigo lo llevó a un hospital cercano.
“Estaba perdiendo y recuperando el conocimiento”, dijo.
“Todo lo que podía ver era una luz blanca y pensé ‘allá vamos'”.
Las enfermeras rápidamente le administraron adrenalina, morfina y co-codamol para el dolor.
“Si no fuera por esa unidad en Brecon y esas dos maravillosas enfermeras el domingo por la noche, no estaría aquí ahora”, dijo. “Si no me hubieran ayudado, entonces estaría muerto”.