TRINCHERAS y ZANJAS: una ALTERNATIVA NATURAL contra la ESCASEZ de AGUA 

El uso de trincheras y zanjas tiene un impacto significativo en la captación y aprovechamiento del agua, gracias a un proceso clave: la infiltración. Cuando el agua de lluvia penetra en el subsuelo, comienza un recorrido lento (muy lento) hacia las partes más bajas del terreno. En ese trayecto, se encuentra con diferentes tipos de rocas, texturas y capas de suelo impermeable, pero sigue avanzando, buscando su camino. 

Habrá un momento en que el agua saldrá de la rancheta, pero continuará su trayecto por debajo de la tierra. Eso es, precisamente, lo que también se busca: que el agua esté disponible para otras necesidades. Por ejemplo, si alguien de las rancherías vecinas cuenta con un pozo, o si hay pozos de agua potable que abastecen a la comunidad, esta agua subterránea podría recargarlos. Además, serviría para mejorar las vertientes naturales y los lugares de abrevadero para los animales. 

Los agricultores también se beneficiarían, ya que sus plantas requieren de esta agua que, de no ser retenida, simplemente seguiría su curso superficial y se perdería

Los beneficios de esta propuesta basada en microembalses son amplios y valiosos. Aportan al desarrollo de los ecosistemas, fortalecen la ganadería, la agricultura y otros procesos productivos. En un contexto de escasez hídrica como el que enfrenta actualmente el norte del país, esta es una solución realista, sostenible y urgente

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