“Esa noche era completamente oscura, ya que no había luz lunar, cuando repentinamente vi caer del cielo una bola luminosa, la cual al llegar a determinada altura esta se iluminó en tal proporción, que toda el área en donde nos encontrábamos parecía que fuera de día”.
Mayor Cab. Rafael Pinto Salazar
Me encontraba participando en la campaña contra los enervantes en la región de La Huacana, Poturo y Churumuco, Michoacán, al mando de 5 secciones del 8/o. Regimiento de Caballería Motorizado, las cuales se encontraban distribuidas en dicha área, apoyadas con todos los servicios técnicos y al mando de sus comandantes de sección. Como comandante del agrupamiento establecí mi puesto de mando con el oficial de menor experiencia para poder supervisar y apoyarla cuando fuese necesario.
La operación fue muy pesada ya que la temperatura a las 1200 horas se encontraba entre 38 y 40º. La mayoría de los arroyos se encontraban secos y la operación duró 30 días. Después de 10 días de operación nos encontrábamos en las afueras de la ranchería de San Pedro Jorullo, Michoacán.
Junto al único arroyo que llevaba agua, bajo 3 grandes y frondosos árboles de tamarindo que junto con otros pequeños árboles y arbustos formaban un pequeño bosque, fue ahí donde establecidos los vivacs y los vehículos. La segunda noche que pasamos en ese lugar, serán como las 2230 horas, yo tenía como 20 minutos de salirse del arroyo donde me bañaba para poder dormir sin molestia del intenso calor; esa noche era completamente oscura, ya que no había luz lunar, cuando repentinamente vi caer del cielo una bola luminosa, la cual al llegar a determinada altura esta se iluminó en tal proporción, que toda el área en donde nos encontrábamos parecía que fuera de día, dicho objeto disminuyó su velocidad de caída y a mí me vino a la mente que estaba presenciando la caída de una bengala, como aparece en las películas de guerra. Luego desapareció la luz atrás de una loma.
Los vigilantes, el oficial y otros soldados que observaron este fenómeno me preguntaron que, si lo había visto y que, qué era lo que había caído, a lo que respondí que posiblemente un aerolito.
La noche siguiente regresando de darme un baño como a las 2200 horas, y a punto de meterme a mi vivac, un vigilante que se encontraba con su compañero me pregunto sobre unas luces que se encontraban a lo lejos, hacia la sierra, yo le respondí que posiblemente alguna ranchería, y él me dijo que las luces no estaban sobre el cerro, sino que estaban en el aire y que salía un rayo de luz y que le daba vueltas como si fuera un faro, como en los puertos marítimos, por lo que me quede observando y fue como pude ver la luz que salió del lado derecho de esas dos “ventanitas” que flotaban o estaban suspendidas en el aire, iluminando gran parte de la sierra y desapareciendo al lado izquierdo.
De pronto comenzó a relampaguear sobre la sierra y puede observar con la luz de los relámpagos la silueta de los cerros y efectivamente las 2 luces se encontraban suspendidas sobre la cima de la elevación. Al ver esto les dije en son de broma que eran ovnis, y que me comunicaría con ellos por medio de mi lámpara; por lo que me dirigía a mi vivac, saque mi lámpara y la encendí varias veces hacia el lugar donde se observaban las 2 pequeñas luces; y cual va siendo nuestra sorpresa, que cuando termine de accionar mi lámpara, salió un haz de luz directamente hacia nosotros. Los que observamos esto, sentimos temor a lo que acabáramos de ver, y a pesar de que algunos insistían en que le volviéramos a hacer señales luminosas, yo no lo acepte, en virtud de que se han escrito tantas desapariciones de aviones y barcos junto con sus tripulantes, que no me hubiera gustado pasar a formar parte de la historia con todo mi personal, por imprudente y curioso.
Al día siguiente, durante la tarde comentamos el incidente de las luces y lo tomamos a juego ya en la noche, a las 2200 horas me fui a dar mi acostumbrada ducha para dormir a gusto, y cuando me estaba bañando voltee hacia la sierra, donde habíamos visto las luces la noche anterior, pero no encontré lo que esperaba pero observe que en ese lugar se estaba desatando una tormenta eléctrica, y como estaba dentro del arroyo procedí a darme prisa, ya que es peligroso estar dentro del agua existiendo tormenta eléctrica, por lo que termine de bañarme y me fui a mi vivac; no tenía ni 5 minutos de haberme acostado, cuando se inició la lluvia; de pronto se vio una luz muy intensa y se escuchó en trueno encima del vivac.
Fue tan fuerte y sorpresivo que del susto me levante como 1.5 mts. del suelo, luego mis manos se tocaban todo el cuerpo pensando que me había caído un rayo; cuando vi que nada más había sido el susto, pregunté si había alguna novedad entre el personal, y sus comandantes de pelotón me informaron que se encontraban sin novedad. Quiero mencionar que la lluvia duró aproximadamente 10 minutos y se fue, o desapareció junto con la tormenta eléctrica; inclusive no alcanzo a mojar bien la tierra.
Al día siguiente muy temprano me levanté y fui a ver el lugar en donde había caído el rayo, y cual va siendo mi sorpresa que cayó sobre un árbol pequeño, desgajando una rama como si fuera queso de hebra, el árbol se encontraba dentro del área de los vivacs y de su tronco estaba amarrada una punta del plástico de un vivac donde se encontraban 10 elementos de un pelotón, los cuales manifestaron que no sintieron absolutamente ninguna descarga eléctrica ni nada que se parezca; que solo vieron el resplandor y escucharon el trueno y que posteriormente todos se tocaban su cuerpo pensando que les había caído a ellos.
Lo raro es que donde cayó no quemó ni dejó rastros de quemaduras en ningún lado, los pedazos de madera que cayeron no presentaban olor a quemadura. Ya tranquilo comencé a relacionar lo ocurrido las 3 noches seguidas, casi a la misma hora y en el mismo lugar, y a pesar de eso no puedo descifrar esos extraños fenómenos; por lo que los relato para que cada uno de los lectores haga su conclusión.
Revista del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos
Época III Año 87. Mayo de 1993