Contempló el espejo cómo todas las mañanas. Dio un vistazo a sus redes, estaba a punto de llegar al millón de seguidores en Instagram. Eso le erizaba la piel. Casi susurrando dijo en dirección al espejo, -Soy hermosa. Se escuchó de inmediato un eco que ya ni siquiera retumbaba en sus oídos de tan acostumbrada que estaba a el.
Después de breves segundos percibió el maullido de su gatita “Princess” exigiendo su desayuno, caminó por los pasillos desiertos, encajonados en paredes rojas repletas de fotografías de ella misma, al llegar a la cocina, tropezó y al caer, el espejo que siempre llevaba consigo, se fracturó en mil pedazos… “Princess” empezó a lamer uno de tantos espejos desparramados en el suelo de mármol frío y cristalino; al acercarse y buscarse en uno de los fragmentos, vio un reflejo borroso y anquilosado. “Princess” con su dulce lengua de lija, lamió el reflejo de los ojos de su ama en un pedazo de espejo y de esa manera, vío ante si que el espejo únicamente reflejaba un signo de interrogación…