Nunca olvidare esas palabras que aparecieron por primera vez en mi ordenador: “DOC, VI A UN GIGANTE EN CUSI, ARRIBA DE UN CERRO [sic]”.
Dentro de la casuística del misterio, que es bastante extensa, existen aquellos enigmas que hablan acerca de otras especies humanas que habitaron el planeta, y que convivieron con nosotros en tiempos inmemoriales. Sin embargo, y por cuestiones obvias, no me referiré en este trazado a aquellas que científicamente se consta habitaron con nosotros en el pasado, como el Hombre de Neandertal, el Homo erectus o el Hombre Denisovano, entre otros. Sino que hablaremos brevemente de otra “especie” y lo digo así entre comillas porque no se han encontrado restos fósiles que pudieran servir para clasificarlos y comprobar su existencia en tiempos remotos, pero que sí aparecen o se habla de ellos en códices y libros antiguos. Me refiero a los legendarios GIGANTES.
Según la Real Academia de la Lengua Española, esta define como gigante lo siguiente:
a) Persona que excede mucho en su estatura a la que se considera normal.
b) Ser fabuloso de enorme estatura, con figura humana, que aparece en cuentos y fábulas mitológicas.
Y sí, hablar de gigantes en la actualidad pareciera ser algo absurdo, algo de fábula o cuentos de hadas, tal vez no sea tan descabellado como parece pues si nos remontamos al pasado podremos darnos cuenta que la presencia de estos seres colosales es algo más real de lo que creemos, pues en historias de la ANTIGUA SUMERIA ya se hablaba de GILGAMESH, un gigante, hace 3000 a. de C., los HINDÚES hablaban de una demonia gigante llamada PUTANA en el Rig-veda, el texto más antiguo de la India en el año 2000 a. C. Los GRIEGOS en su vasta mitología hablaban de los HIPERBÓREOS, de los TITANES, y también de los CÍCLOPES de Homero, ¡TODOS GIGANTES!
Por supuesto que la BIBLIA no se queda atrás de nuestras menciones pues en ella también se habla de la presencia de los NEPHILIM (Génesis 6.4; Deuteronomio 2.10, 3.11.18; Josué 12.4, 13.12, 15.8; 2º Samuel 21.16; 1º Crónicas 20.4-7 y Job 16.15.) e inclusive el mismísimo GOLIAT, ultimo descendiente de esta gigantesca raza hibrida. Así que como podemos darnos cuenta, hablar de gigantes en la antigüedad era algo muy común.
Hoy en la actualidad, y con los avances tecnológicos, aún existen pequeños resquicios por donde se cuelan de vez en cuando algunos reportes o avistamientos de seres gigantes, algunos tan ambiguos que rayan en las noticias falsas y se convierten en LEYENDAS DE LA RED como el caso del GIGANTE DE KANDAHAR, pero también los hay otros mejor argumentados como el de las HUELLAS GIGANTES DE ZACAPU. Muchos de estos sucesos, hoy en la actualidad, están más estrechamente relacionados con el fenómeno OVNI-EXTRATERRESTRE que con el mundo MÁGICO-MITOLÓGICO.
Uno de estos casos ocurrió en algún momento del año 2014, pero que a mis manos llego específicamente el 21 de abril del 2015, en la comunidad minera de Cusihuiriachic en Chihuahua cuando Fernando Gómez tuvo un encuentro franco con un extraño ser al que él define como “GIGANTE”, y al cual el testigo mismo le calculo una estatura de 3 metros aproximadamente, parado en una especie de peñasco alto y escarpado.
En aquella época Fernando trabajaba como empleado de una mina, al parecer de origen canadiense. Fue uno de tantos días en los que nuestro amigo se tomó un breve descanso para llamar telefónicamente a su esposa Andrea, por lo cual se retiró de su área de trabajo para “agarrar[sic]” señal, cuando de repente pudo apreciar en los más alto del cerro, en un peñasco, a una ESPECIE DE HUMANO, pero con una talla FUERA DE LO NORMAL para ser un humano, válgame la redundancia.
Fernando nos comentó, en aquel tiempo, estar bastante retirado del lugar exacto de la misteriosa aparición, a unos 200 metros aproximadamente, sin embargo alcanzo a apreciar a lo lejos la envergadura de dicho ser, y ese tamaño descomunal que “LE HELO LA SANGRE[sic]”, sin embargo y a pesar del miedo que el sentía, le dio o quiso darle a esa experiencia una CONNOTACIÓN DIVINA relacionando este hecho con un milagro, y creyó se trataba nada más ni nada menos que de una aparición del “NAZARENO”, un cristo ensangrentado que se encuentra en la iglesia del pueblo. Sin embargo, la duda siempre invadió su alma, y nunca pudo saber a ciencia cierta de que se trataba o que fue lo que vio, pues a pesar de haber documentado el hecho, la gente que lo conocía y sus compañeros de trabajo “lo tiraban al loco[sic]”, y por miedo a perder su trabajo, y al escarnio público, dejo de hablar del tema.
Cabe mencionar que la desaparición de este “gigante” también fue de lo más extraño pues cuando quiso alertar al resto de sus amigos del suceso este humanoide simplemente ya no estaba, desapareció como “si se lo hubiese tragado la tierra[sic]”, y aunque el recordaba vagamente la presencia de otro compañero que estaba cerca de él, pues “no lo alcanzo a acabalar[sic]” ya que no le prestó atención a este, debido al impacto del encuentro y nunca pudo contrastar la experiencia vivida.
¿Cómo pudo haber llegado este hombre hasta este lugar siendo difícil y peligroso, casi inaccesible por las características geográficas? Suponiendo que hubiese sido un ser humano, de una gran estatura, más de dos metros y medio por lo menos, según cálculos hechos por mismo Fernando, ya que al lado de este misterioso ser se encontraba un mezquite de unos 4 o 5 metros de altura aproximadamente. ¿Para qué subió hasta ese lugar poniendo en riesgo su vida? ¿Por qué a esa hora? ¿Por qué en el crepúsculo? ¿Cómo desapareció del lugar? ¿En qué momento? La aparición duro más de cinco minutos y este ser, básicamente, no hacía nada más que solamente mirarlo y girar de vez en cuando sobre su propio eje con movimientos casi robóticos, como si se tratase de un objeto y no de una entidad biológica, hay muchas cosas que quedan en el tintero.
¿Era un gigante? ¿Era un persona de alta estatura que pasaba por el lugar y decidió hacer una broma a los mineros, aun poniendo su vida en riesgo, desde lo más alto de un risco peligroso y escarpado? ¿Acaso se trató de una aparición fantasmagórica, un cristo ensangrentado o una extraña quimera? ¿Un robot de última tecnología? ¿un ser de origen extraterrestre? Muchas son las preguntas, y pocas las respuestas. Lo que es un hecho es que este suceso no tiene sentido ni razón de ser.
Han pasado más de siete años de este hecho que no queremos se quede en el olvido, que no sea borrado por el tiempo y la distancia, sé que nunca sabremos más detalles al respecto pues Fernando lamentablemente murió hace algunos años como para decirnos más aspectos que en su momento no se me ocurrió preguntar.
Javier Fernando Gómez Hernández se fue de este plano terrenal un 14 de septiembre del 2016, víctima de un infarto fulminante a la edad de 42 años, murió al lado de su amada mujer mientras esperaban a su pequeña hija Fernanda a la salida de la escuela.
Fernando nos deja su testimonio para la posteridad, y la evidencia de su encuentro con lo desconocido, con EL GIGANTE DE CUSI.