El Espejo del Diablo

Teziutlán, Puebla. – Nadie supo de donde llegó o cuando aconteció esto, lo cierto es que al recibir parte de la herencia que mi abuelo Diógenes Smith, me dejo la casona vetusta de Teziutlán, y que tomé posesión de ella en el año de 1940, por este motivo, aunque los muebles porfirianos se conservan bien, el polvo los cubría sin respetarlos ante el paso del tiempo.

Así recorrí todo el interior de la casa hasta llegar a una especie de recibidor donde resaltaba un cuadro cubierto con un terciopelo de color rojo resultando ser un gran espejo tallado, su marco por el borde con bronce el cual no sé porque estaba reluciente y parecía nuevo.

Este espejo me llamó tanto la atención que definitivamente lo coloque en lo que sería mí recámara, siguió narrando Sotero Smith, anciano que rebasa los noventa y dos años de edad y que vive en la comunidad del Espino de Jaral cerca de Yuriria.

Bueno continúa nuestro interlocutor, en principio me era muy difícil conciliar el sueño ya que algo poderosamente superior a mí me hacía voltear hacia la gran luna de este espejo y algo misterioso emanaba del mismo, no sé cómo explicarlo, pero me atraía sin saber por qué.

No tengo estudios, apenas se leer, considero que esta tierra de oportunidades solo es para los que son profesionistas o influyentes, y entender el misterio de este espejo a la fecha no lo he comprendido, bueno sigue diciendo Don Sotero que una noche despertó sobresaltado, cabe hacer mención que llovía a cantaros y los perros aullaban lastimosamente, de pronto algo me atrajo hacía el espejo y sin querer trate de tocar la luna y, ¿qué creen que paso?, mi mano se introdujo al espejo, como traspasando el umbral, como si este material fuera de humo, una fuerza me atrajo y me introdujo al espejo, era un lugar muy oscuro y húmedo, y sentía que la respiración aumentaba, parecía sofocante, y no me lo van a creer pero desde donde me encontraba observaba el exterior, o sea mi cama, la mesa y la silla que tenía en mi cuarto.

Era algo indescriptible ya a esas alturas no tenía miedo más bien curiosidad pues desde donde me encontraba podía observar todo lo que mi pensamiento deseaba, en ese momento. Cabe hacer mención que a mi edad en ese tiempo era la de un joven curioso por naturaleza.

Al fin salí, como cuando se sale por una reja estrecha o sea saque piernas, brazos, y por último la cabeza, fue una sensación diferente pero lo más extraño, al día siguiente, fue lo que traía yo en mi bolsa del pantalón, unas monedas que agarre dentro del espejo lo que me hizo comprender que no era producto de mi imaginación.

De este modo fueron muchas veces las que me introduje, logré sacar provecho de mis incursiones, desgraciadamente hubo un momento de titubeo en mi vida al escuchar una voz cavernosa que me decía: “Ya disfrutaste, ahora te toca pagar y tu alma será mi recompensa”. El temor me invadió e intente salir de inmediato, pero una mano con grandes garras me tenía sujeto por mi muñeca por este motivo me apresure saliendo del espejo pero la mano no la podía liberar algo la mantenía sujeta fuertemente, me aprisionaba así que con todo el dolor y miedo que tenía tome un machete que estaba a un costado del espejo y sin medir las consecuencias me di un tajo en mi brazo con tal de librarme.

Solo de este modo logre quedar fuera del espejo, pero desafortunadamente me quede sin mi mano derecha. Perdí el conocimiento y al volver a recobrarlo me encontraba en un camastro del hospital, ya con mi miembro amputado, platiqué mi historia que, por supuesto nadie creyó, pero tampoco dudaron y así, al ir mis familiares en busca del espejo, este misteriosamente había desaparecido.

¿Qué paso nunca lo sabré? Y ellos tampoco, pero ahora les digo que, si alguna vez a ustedes les regalan o venden un espejo antiguo de estas características, o si se lo llegan a encontrar, ¡destrúyanlo! puede ser el espejo del diablo.

Agradezco a todas las personas que como el señor Diógenes Smith nos cuentan sus experiencias macabras, y que, ante el escepticismo o temor a las burlas de conocidos, en muchas ocasiones se guardan como secretos que se llevan a su tumba, y que con esto se obstruye de alguna manera el avance de investigación y aclaración de los enigmas que se presentan en diferentes partes del mundo.

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