Justin y Ruby Reynolds, un padre y su hija con una pasión compartida por la paleontología, hicieron un descubrimiento asombroso en 2020 mientras paseaban por la playa de Blue Anchor en Somerset, Reino Unido. Encontraron los restos fósiles de lo que más tarde se confirmaría como un ictiosaurio gigante, un reptil marino prehistórico del tamaño de una ballena azul. Este hallazgo no solo destacó por su tamaño impresionante, sino también por su rareza, atrayendo la atención del paleontólogo Dean Lomax de la Universidad de Manchester, quien ayudó a identificar y clasificar los fósiles.
El hallazgo inicial consistió en un hueso enorme encontrado entre las rocas y el barro, lo que llevó a los Reynolds a sospechar que podría ser algo significativo. Tras una búsqueda meticulosa, Ruby encontró un segundo hueso que resultó ser parte de la mandíbula del ictiosaurio. Estos descubrimientos no solo fueron emocionantes por su tamaño y preservación, sino que también proporcionaron información valiosa sobre las especies de ictiosaurios que alguna vez nadaron en los mares prehistóricos.
Más de 25 metros de largo
Dean Lomax y su equipo, incluyendo a los expertos Paul de la Salle y su esposa Carol, trabajaron estrechamente con los Reynolds para recuperar y estudiar más fragmentos de fósil, según publican desde SINC. Este trabajo colaborativo culminó con la identificación de una nueva especie, nombrada Ichthyotitan severnensis, que se traduce como ‘lagarto pez gigante del Severn’. Los fósiles, que incluyen partes significativas de la mandíbula, sugieren que este ictiosaurio podría haber medido más de 25 metros de largo, haciéndolo uno de los reptiles marinos más grandes conocidos.
Un grupo de hace 250 millones de años
Los ictiosaurios, cuya historia evolutiva se remonta a más de 250 millones de años atrás en el período Triásico, representan un grupo fascinante de reptiles marinos que adaptaron sus cuerpos de formas similares a los delfines actuales para la vida acuática. A lo largo de millones de años, estos animales experimentaron una diversificación significativa, con algunas especies alcanzando longitudes impresionantes, más de 25 metros, como es el caso del recién descubierto. Estos gigantes prehistóricos combinaban características físicas tanto de reptiles como de peces, lo que les permitía dominar los antiguos mares y cazar con eficacia gracias a sus mandíbulas robustas y dientes afilados, adaptados para atrapar a una variedad de presas marinas. Su extinción, ocurrida al final del periodo Triásico, coincidió con un gran evento de extinción masiva que remodeló los océanos y condujo al surgimiento de nuevos grupos de animales marinos, cerrando así un importante capítulo en la historia de la vida en la Tierra.
Fuente: Vandal Random