Las ranas de cristal son populares por su estrategia de camuflaje cuando duermen. Un grupo de científicos ha descubierto el secreto de esta especie tan singular.
Estos batracios acumulan los glóbulos rojos en el hígado que contienen cristales reflectantes de guanina (un compuesto químico que las células usan para elaborar los elementos fundamentales del ADN y el ARN).
Este hallazgo, que se describe en un estudio del Museo Americano de Historia Natural y la Universidad de Duke (EE.UU), abre vías además para investigar en la prevención de los coágulos sanguíneos.
Las ranas de cristal, que viven en los trópicos americanos, son anfibios nocturnos que pasan el día durmiendo boca abajo sobre hojas translúcidas del mismo color que su espalda, una táctica de camuflaje habitual. La piel debajo del animal se vuelve traslúcida lo que permite ver sus huesos y órganos.
La transparencia es una forma común de camuflaje entre los animales que viven en el agua, pero es poco frecuente en tierra y en los vertebrados es difícil porque su sistema circulatorio está lleno de glóbulos rojos que interactúan con la luz.
Las ranas de cristal superan ese reto “ocultando los glóbulos rojos a la vista», para lo que “casi ponen en pausa su sistema respiratorio durante el día, incluso a altas temperaturas», explicó Carlos Taboada, coautor del estudio en la Universidad de Duke.
Los investigadores utilizaron una técnica denominada imagen fotoacústica, que emplea luz para inducir la propagación de ondas sonoras desde los glóbulos rojos, lo que permite cartografiar la ubicación de las células en el interior de ranas dormidas sin molestarlas, pues la transparencia se ve alterada por la actividad, el estrés, la anestesia y la muerte.
El estudio se centró en una especie concreta de rana de cristal, Hyalinobatrachium fleischmanni, que en reposo multiplica por dos o tres la transparencia al retirar de la circulación casi el 90 % de sus glóbulos rojos y empaquetarlos en el hígado, que contiene cristales reflectantes de guanina.
Cuando necesitan volver a estar activas, devuelven los glóbulos rojos a la sangre, lo que les da la capacidad de moverse; en ese momento, la absorción de luz de estas células rompe la transparencia.
Este es el primero de una serie de estudios que documentan la fisiología de la transparencia de los vertebrados, y los investigadores esperan que “estimule el trabajo biomédico para traducir la fisiología extrema de estas ranas en objetivos novedosos para la salud humana y la medicina».
Redacción (Agencias)