El líder de una antigua orden fundada en el siglo XII sostiene que los huesos de Jesús están en el noroeste de Estados Unidos.
En una entrevista reciente en el podcast de Danny Jones, Timothy W. Hogan, quien dirige una orden fundada hace siglos para proteger a los cristianos en Tierra Santa, afirmó que los huesos del propio Jesús fueron extraídos de Jerusalén por los Caballeros Templarios.
Explicó que los huesos se conservaron en la Tumba de Talpiot, en Jerusalén Este, durante la Edad Media y posteriormente fueron trasladados a dos bóvedas secretas en algún lugar de Norteamérica.
Supuestamente se encontraban entre las muchas reliquias sagradas que los Caballeros Templarios trasladaron al Nuevo Mundo para ocultar su paradero al Vaticano.
“No es algo que intentemos ocultar”, declaró Hogan. “Simplemente intentamos protegerlo”.
Cuando se descubrió la tumba, con osarios etiquetados con los nombres de Jesús, María Magdalena y Juan el Bautista, se entendía que si los restos se entregaban al Vaticano, desaparecerían.
La Iglesia habría ocultado la historia porque contradice su doctrina.
Es comprensible que los comentarios de Hogan hayan generado un considerable escepticismo, y los críticos alegan la total falta de pruebas, salvo su simple afirmación de que esto es cierto.
Aún no está claro dónde se ubican exactamente estas supuestas bóvedas, si es que existen.
Sin embargo, si realmente existen, sería interesante ver qué tesoros antiguos, si los hay, se esconden entre sus paredes.