El caso OVNI más famoso de Gran Bretaña podría no haber tenido nada que ver con visitantes extraterrestres.
El incidente, que tuvo lugar en el bosque de Rendlesham (Inglaterra) en diciembre de 1980, vio a militares estadounidenses estacionados en la base de la RAF Woodbridge presenciar un objeto extraño durante varias noches.
El subcomandante de la base, el teniente coronel Charles Halt, y sus hombres habían salido a investigar cuando vieron el objeto no identificado descender hacia el bosque cercano.
“Nuestro equipo de seguridad observó una luz que parecía un gran ojo, de color rojo, que se movía entre los árboles”, recordó Halt.
“Después de unos minutos, este objeto comenzó a gotear algo que parecía metal fundido. Poco después se rompió en varios objetos más pequeños, de color blanco, que volaron en todas direcciones”.
En los años posteriores, muchos han llegado a referirse al incidente como “el Roswell británico”, pero no todos comparten la creencia de que el ovni de Rendlesham era de origen extraterrestre.
Uno de ellos es Philip Mantle, exdirector de investigaciones de BUFORA (la Asociación Británica de Investigación OVNI).
“Si nos fijamos en lo que dijeron los implicados al principio, la única información concreta es que vieron unas luces extrañas en el bosque”, dijo a Metro. “Con eso empezamos”.
Mantle ha llamado especialmente la atención sobre una investigación oficial del Ministerio de Defensa británico sobre el fenómeno OVNI conocido como Informe Condign, que destacaba la posibilidad de que lo que los hombres habían tocado en el bosque esa noche fuera algún tipo de plasma desconocido.
“[Al Dr. Ron Haddow] le preocupaba que este plasma emitiera algún tipo de energía electromagnética, que podría interferir con las comunicaciones de las aeronaves o causar algún tipo de deterioro cognitivo”, declaró Mantle.
“Podría ser que estos soldados entraran en contacto con este extraño plasma… y uno de ellos se acercó demasiado y sufrió algunos de los efectos electromagnéticos”.
Incluso se ha sugerido que el propio plasma podría haber sido un fenómeno natural.
“Según la investigación [del autor Albert Budden], la Tierra produce de forma natural estas fuerzas electromagnéticas y, a veces, emite estas extrañas luces; este plasma”, dijo Mantle.
“Algunas personas pueden ser hipersensibles a estas luces -en otras palabras, son alérgicas- y si entras en contacto con estas cosas, puedes tener la experiencia más extraña y pensarás que es absolutamente real”.
Sin embargo, sigue siendo tema de debate si esto explica o no el incidente del bosque de Rendlesham.