Los científicos se sorprendieron al descubrir vida microbiana en muestras que habían traído a la Tierra desde el asteroide Ryugu.
Las muestras, que fueron recogidas directamente del asteroide por la sonda japonesa Hayabusa-2 y devueltas a la Tierra en 2020, han sido objeto de intensos análisis científicos desde entonces.
El año pasado se descubrió que el material, que resultó ser el más primitivo jamás estudiado en un laboratorio, contiene uracilo, una de las cuatro bases nitrogenadas del ácido ribonucleico (o ARN), que es uno de los componentes básicos de la vida en la Tierra.
Pero fue cuando se estudiaron más recientemente las muestras enviadas al Imperial College de Londres cuando se hizo un descubrimiento que tenía el potencial de demostrar de una vez por todas que no estamos solos en el universo.
Matthew Genge y sus colegas habían estado estudiando las muestras con un microscopio electrónico de barrido (SEM) cuando vieron, claro como el día, los signos reveladores de bacterias con forma de filamento.
Los investigadores estaban tan sorprendidos que “se caían de la silla”, recordó Genge.
“Fue un momento emocionante, pero también en el fondo sabía, por estudios anteriores, lo fácil que es para las bacterias colonizar las rocas”, declaró.
Efectivamente, después de realizar un análisis exhaustivo, los investigadores pudieron determinar que las bacterias, lejos de ser una prueba de vida extraterrestre, eran en realidad bacterias terrestres que habían logrado contaminar las muestras de asteroides.
“Cuando preparamos muestras de meteoritos, por ejemplo, normalmente no vemos que se produzca esta colonización, y eso es porque las probabilidades son realmente bajas”, dijo Genge.
“En este caso, una sola bacteria cayó sobre esa muestra y comenzó a crecer”.
En el lado positivo, el incidente demuestra lo importante que es evitar la contaminación y no sacar conclusiones precipitadas si se detecta algo así en una muestra.
“Nuestro descubrimiento realmente demuestra que hay que ser increíblemente cuidadoso con esa interpretación, porque las muestras son muy fáciles de contaminar con bacterias terrestres”, dijo Genge.