Las excavaciones cerca de la capital israelí han desenterrado uno de los hallazgos neolíticos más inusuales de los últimos años.
El hallazgo, que data de hace unos 9.000 años y se realizó en el yacimiento arqueológico de Motza, en las colinas de Jerusalén, consiste en una tumba que contiene los restos de un individuo muy singular.
Se cree que se trata de una mujer, el esqueleto de una chamán con la peculiaridad de tener seis dedos, una característica física que, en la época, se asociaba a menudo con la distinción y la autoridad espiritual.
La mujer tenía más de 15 años en el momento de su muerte y había sido enterrada junto a una gran cantidad de objetos funerarios, entre ellos collares de piedra verde y nácar.
La tumba también contenía brazaletes y colgantes de piedra, así como cuentas hechas de materiales exóticos.
Las investigaciones históricas indican que los niños de la época llevaban brazaletes de piedra hasta la adolescencia, tras lo cual participaban en una ceremonia de iniciación.
Si el niño moría antes de alcanzar la madurez, era enterrado con los brazaletes todavía en el brazo.
Se cree que este podría haber sido el caso aquí.
“El descubrimiento de la tumba del antiguo chamán en Motza abre una ventana al mundo espiritual de las comunidades que vivieron hace aproximadamente 10.000 años”, declaró Eli Eskosido, director de la Autoridad de Antigüedades de Israel.
“Estos restos muestran cuán complejas y ricas eran las creencias culturales de la humanidad antigua”.