Dos convenios internacionales permitieron preservar la capa de ozono que recubre el planeta. De no haber tomado medidas concretas, los seres vivos que habitan la Tierra estarían expuestos a una radiación perjudicial.
A mediados de la década de 1970, los científicos detectaron que la capa de ozono estaba amenazada. Y en la década de 1980 se percataron de un agotamiento severo sobre la Antártida, señala la Secretaría del Ozono del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Tal como explica esa fuente, la capa de ozono es una región de alta concentración de ozono en la estratosfera, a una altitud de 15 a 35 kilómetros sobre la superficie terrestre, que “actúa como un escudo invisible y nos protege de la dañina radiación ultravioleta (UV) del sol”.
En ocasión del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, que se conmemora el 16 de septiembre, conoce más sobre el agujero de ozono y los convenios globales que permitieron su recuperación.
¿Qué hubiese pasado si no se tomaban medidas para proteger la capa de ozono?
De no haberse controlado, el agotamiento de la capa de ozono hubiese tenido diversas consecuencias. Se estima que, como efecto de una sobreexposición a la radiación UV-B (un tipo de radiación solar), el riesgo de cánceres de piel hubiese aumentado sustancialmente en todo el mundo, al igual que las enfermedades oculares como las cataratas.
Además, hubiese perjudicado el equilibrio de los ecosistemas y dañado a plantas, animales y microbios; la producción de alimentos se hubiese visto resentida; el intercambio de dióxido de carbono entre la atmósfera y la biosfera se hubiese visto afectado; y habría dañado materiales naturales y sintéticos, completa la Secretaría del Ozono del PNUMA.
¿Por qué se celebra el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono?
El Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono se conmemora anualmente el 16 de septiembre como iniciativa de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
La efeméride fue instituida en 1994 y recuerda la firma del Protocolo de Montreal, que se produjo el 16 de septiembre de 1987. En 2025, el tema de la efeméride reconoce cómo estos tratados han demostrado el concepto de pasar “de la ciencia a la acción global”.
En un mensaje con motivo de este Día Internacional, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, fue contundente sobre el éxito de los trabajos globales para enfrentar el problema: “Este logro nos recuerda que cuando las naciones hacen caso a las advertencias de la ciencia, el progreso es posible”.