Nuestra ventana al mundo está limitada por nuestros sentidos humanos, entonces ¿podría haber algo acechando más allá de nuestra percepción?
Es difícil imaginar la idea de dimensiones superiores, especialmente si tenemos en cuenta que nuestra propia percepción de la realidad se basa principalmente en lo que podemos ver, oír, oler, saborear y tocar.
Para considerar lo que podría haber más allá de nuestra realidad física, imaginemos un mundo que fuera completamente bidimensional, un lugar habitado por formas planas como cuadrados y triángulos que no tuvieran profundidad física.
¿Cómo percibirían estas entidades bidimensionales a un visitante de la tercera dimensión?
Si luego lleváramos las cosas a nuestra propia realidad tridimensional, ¿cómo percibiríamos a un visitante de un plano de existencia dimensional superior al nuestro? ¿Seríamos siquiera conscientes de su existencia?
A lo largo de los años se ha especulado que las dimensiones superiores podrían explicar diversos fenómenos que van desde la actividad paranormal hasta los encuentros con entidades alienígenas inteligentes.
Esto explicaría sin duda por qué son tan difíciles de registrar o reproducir estos fenómenos.
La existencia de dimensiones superiores no es sólo un concepto de ciencia ficción: estas dimensiones son parte integral de la física y las matemáticas e incluso son necesarias para que funcionen algunas teorías, como la teoría de cuerdas.
Hoy en día, se cree que el universo puede haber comenzado con hasta 11 dimensiones.
La idea, entonces, de que entidades inteligentes puedan habitar algunas de estas dimensiones superiores y sean capaces de visitar e interactuar (aunque sea temporalmente) con la nuestra, ciertamente no carece de cierto mérito.
Sin embargo, detectar o incluso comunicarse con tales seres, si es que existen, representa todo un conjunto de desafíos.