Agencias de NoticiasNuevos hallazgos han ofrecido una imagen más clara de quién construyó la última maravilla antigua que queda del mundo.
Durante una reciente exploración de las estrechas cámaras situadas sobre la Cámara del Rey en la Gran Pirámide de Guiza, el afamado egiptólogo Dr. Zahi Hawass y su equipo descubrieron marcas e inscripciones nunca antes vistas, que se cree fueron dejadas por trabajadores hace más de 3500 años.
Estas marcas, junto con el descubrimiento de tumbas pertenecientes a obreros cualificados en el sur, refuerzan el argumento de que los constructores del antiguo monumento no eran esclavos, como algunos afirman.
En realidad, probablemente eran artesanos cualificados, venerados por su trabajo.
“Los descubrimientos confirman que los constructores no eran esclavos”, declaró el Dr. Hawass.
“Si lo hubieran sido, nunca habrían sido enterrados a la sombra de las pirámides. Los esclavos no habrían preparado sus tumbas para la eternidad, como lo hicieron reyes y reinas, dentro de estas tumbas”.
El Dr. Hawass también abordó la especulación de que estas inscripciones podrían ser falsificaciones.
“Se encontraron en cámaras de difícil y peligroso acceso, y utilizan estilos de escritura que solo egiptólogos capacitados pueden interpretar con precisión”, declaró en el podcast Matt Beall Limitless .
“Es casi imposible que alguien en tiempos recientes haya podido falsificar algo así. Hay que escalar unos 13 metros y arrastrarse por espacios estrechos para siquiera llegar a esas cámaras”.
Si bien algunos exploradores dejaron sus propias marcas dentro de la pirámide durante los siglos XVIII y XIX, el Dr. Hawass insiste en que las inscripciones recientemente descubiertas no son ejemplos de ello.
“Las inscripciones que encontramos son claramente grafitis originales mucho más antiguos de antiguos trabajadores egipcios”, afirmó.
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Enigma 900
Rafael Oseguera
