Aquellos que creen en lo paranormal pueden ser más propensos al estrés, han descubierto los investigadores.
La investigación, dirigida por Neil Dagnall, de la Universidad Metropolitana de Manchester, y Andrew Denovan, de la Universidad John Moores de Liverpool, implicó un análisis estadístico de las creencias de más de 3.000 ciudadanos británicos mayores de 18 años.
Los investigadores se centraron en dos aspectos: las Creencias Paranormales Tradicionales (CPT), que se refieren a la creencia en espíritus y fuerzas sobrenaturales externas, y la filosofía de la Nueva Era, que se refiere a creencias centradas en el autocontrol y la superación personal, como la meditación y la energía positiva.
Los resultados indicaron que quienes eran más proclives a creer en espíritus y fuerzas sobrenaturales tenían niveles de estrés más elevados y eran más propensos a sufrir estrés, mientras que quienes favorecían un enfoque más de la Nueva Era no lo hacían.
“Estos resultados sugieren que la TPB puede reflejar una percepción reducida de control sobre factores externos, lo que puede aumentar la susceptibilidad al estrés, mientras que la NAP, debido a su enfoque en cuestiones más individuales, no parece contribuir a estas dinámicas”, escribió Dagnall.
“Comprender las diferencias funcionales entre estas creencias es esencial para abordar el impacto psicológico de la creencia en lo paranormal”.
Dicho esto, los investigadores concluyeron que la creencia paranormal no está vinculada causalmente con la angustia.
“Más bien, la relación es más matizada y, en algunos contextos, un control reducido puede asociarse positivamente con la TPB, y la TPB, en consecuencia, cumple una función adaptativa, como facilitar el afrontamiento”, escribieron.