Crear una colonia en Marte no sólo sería un desafío tecnológico, sino también biológico.
Elon Musk, el director ejecutivo de SpaceX, lleva ya algún tiempo hablando de enviar naves de más de cien pasajeros a Marte en un intento de fundar allí una colonia próspera, pero parece que no ha pensado demasiado en lo difícil que sería sobrevivir en la superficie de otro mundo.
Incluso si ignoramos los obstáculos tecnológicos que supone construir una base sostenible en el planeta rojo, es probable que vivir permanentemente en Marte tenga un impacto negativo considerable en el cuerpo humano.
Según el biólogo Scott Solomon, de la Universidad Rice de Texas, es probable que los bebés nacidos en Marte sufran mutaciones y cambios evolutivos importantes debido a una combinación de exposición a la radiación y a la menor gravedad del planeta.
Dichos cambios podrían ir desde mala vista, músculos débiles y huesos quebradizos hasta la posibilidad de que la piel se vuelva literalmente verde.
Estas condiciones también pueden aumentar el riesgo de varios tipos de cáncer y otras enfermedades.
¿Significa esto que establecerse en Marte no es una opción?
No necesariamente, pero cualquiera que viva en Marte necesitaría, como mínimo, una protección adecuada contra la radiación, así como diversas intervenciones médicas para abordar otros efectos negativos para la salud.
Una cosa es segura: no será tan fácil como parece pensar Elon Musk.