Granizo

”A veces la única forma de recuperar la estabilidad es perder el equilibrio.”

– Benjamín Prado

Una historia bien llevada con el justo equilibrio entre drama y comedia sobre los espejismos de la fama y las segundas oportunidades para repuntar desde las cenizas. Miguel Flores (el siempre solvente Guillermo Francella) vive ensimismado en el vértigo del narcisismo derivado de su popularidad en la televisión abierta argentina : es el meteorólogo favorito de Buenos Aires. Vive desconectado de si mismo inmerso en el personaje que ha creado en la TV. La gente se le acerca en las calles, se toman fotos con él. Su ego es tan grande que no se da cuenta de la fragilidad de su fama y como esta pende de un hilo.

Un desacierto fatal en su casi siempre atinado pronóstico, le abre los ojos y le muestra el reverso de la moneda. Aquí hay un gran acierto en la narrativa que muestra de manera humorística como las redes sociales pueden ser lapidarias y enterrar en un instante la carrera y reputación de alguien construida con esfuerzo a través de los años. Se muestra la banalidad de la TV abierta y el utilitarismo con el que se manejan las televisoras tratando como muebles a sus empleados desechándolos cuando ya no les sirven.

Repudiado y sin trabajo es cuando voltea a ver sus orígenes y a replantearse sus prioridades : vuelve a su ciudad natal, Córdoba y trata de reconectar con su hija de la que ha vivido distanciado absorto en la vida artificiosa que llevaba trabajando en televisión. Es aquí donde la historia da un giro interesante de un hombre que trata de reinventarse desde la humildad y aprender de sus errores.

La trama adquiere un tono intimista en la reconstrucción de la relación resquebrajada con su hija : dos extraños que llevan la misma sangre, se quieren y buscan la manera de acercarse y redescubrirse desde sus respectivas esencias. En el tramo final hay cierto tono de realismo mágico en la que el meteorólogo conoce a un hombre de campo preciso en el diagnóstico del clima que representa la antítesis de lo que él era cuando era estrella de TV : un hombre que no quiere reflectores, que vive una vida de bajo perfil y que le enseña el valor de realizar acciones por los demás sin esperar nada a cambio.

Una película ligera, divertida y profunda por momentos. 8 Barones

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