Los funcionarios del Pentágono se han quedado perplejos ante inexplicables incursiones con drones en el espacio aéreo restringido.
Según los informes, los misteriosos drones fueron avistados en formaciones precisas sobre la base de la Fuerza Aérea Langley en el este de Virginia y sus alrededores durante 17 noches seguidas en diciembre de 2023.
Las formaciones incluían uno o dos drones de ala fija que volaban a unos 100 pies de altura, mientras que un mayor número de drones más pequeños, disponibles comercialmente, volaban juntos por debajo.
Otro dron, aún más grande, también fue visto explorando el área de antemano a alta velocidad.
A pesar de sus mejores esfuerzos, el personal de la Fuerza Aérea de EE. UU. no pudo atrapar a los drones y, al parecer, tampoco pudo derribarlos debido a las leyes federales que prohíben tal acción sobre suelo estadounidense.
Las incursiones fueron particularmente preocupantes porque el área alberga numerosas instalaciones sensibles, incluida la base de la Fuerza Aérea Langley, Fort Eustis y la Estación Naval de Norfolk.
La detección por radar también resultó complicada debido al pequeño tamaño de los drones.
Hasta el momento, los funcionarios del Pentágono no tienen claro quién estaba detrás de las incursiones (podría haber sido un aficionado curioso o un actor extranjero hostil), pero un análisis de las frecuencias utilizadas para controlar los drones sugirió que eran diferentes a las utilizadas por las unidades de drones comerciales.
El incidente recuerda a una incursión similar de drones misteriosos sobre instalaciones nucleares estadounidenses dos meses antes.
Entonces, ¿quién es exactamente responsable de enviar estos drones y qué están tratando de lograr?
¿Podrían China, Rusia o algún otro país extranjero utilizarlos para espiar las bases de la Fuerza Aérea de Estados Unidos?
La búsqueda de respuestas continúa.