NUEVO tipo de “CRISTAL” que DESAFÍA lo que SABEMOS sobre el TIEMPO y el MOVIMIENTO 

Un equipo de científicos ha logrado fabricar un “Cuasicristal del Tiempo”. Se trata de una estructura que se comporta de manera ordenada, pero que no repite ningún patrón. 

Un descubrimiento en el campo de la física cuántica podría cambiar lo que sabemos sobre el tiempo y el movimiento: investigadores de la Washington University en San Luis y del Instituto Tecnológico de Massachusetts han logrado fabricar un Cuasicristal del Tiempo, una estructura que se comporta de forma ordenada, pero sin repetir ningún patrón. 

Los cristales del tiempo ya eran considerados una rareza desde su teorización en 2016: sistemas que vibran de manera constante sin gastar energía. Esta nueva variante, sin embargo, introduce un elemento aún más disruptivo: el movimiento nunca se repite y se distribuye en diferentes frecuencias, rompiendo la periodicidad habitual de los materiales. 

“Son ordenados, pero aparentemente no periódicos”, explican los autores en el artículo publicado en la revista Physical Review X. Este hallazgo replantea los límites de la simetría temporal y cuestiona cómo definimos la estabilidad energética en el mundo cuántico. 

Para construir este cuasicristal temporal, los investigadores partieron de un diminuto fragmento de diamante, del tamaño de un milímetro. A través de un bombardeo con haces de nitrógeno, crearon pequeñas cavidades en su interior. Estas estructuras vacías permitieron la entrada de electrones, que comenzaron a interactuar de forma cuántica, formando una red dinámica con más de un millón de puntos conectados. 

Un patrón que cambia sin cesar 

“Utilizamos pulsos de microondas para iniciar los ritmos en los cuasicristales del tiempo”, afirmó Bingtian Ye, coautor del estudio e investigador en el MIT. Estas señales de microondas fueron esenciales para establecer una forma de orden que, a diferencia de los cristales comunes, no responde a un patrón cíclico tradicional. 

El impacto de este material no se limita a la teoría. La creación de un cuasicristal del tiempo podría tener aplicaciones en áreas como la computación cuántica, la medición precisa del tiempo y el desarrollo de sensores ultrasensibles. De hecho, su extrema fragilidad lo convierte en un candidato idóneo para detectar mínimas variaciones ambientales, aprovechando esa sensibilidad como herramienta de precisión. 

En palabras del físico Chong Zu, uno de los principales responsables del experimento, “estamos lejos aún de ver esta tecnología aplicada en dispositivos reales, pero crear un cuasicristal del tiempo es un primer paso esencial”. Mientras los cristales tradicionales repiten sus estructuras en el espacio, y los cristales del tiempo lo hacen en el tiempo, esta nueva forma de materia combina orden y variabilidad constante, sin necesidad de energía adicional para mantener su comportamiento, lo que permitiría confirmar principios esenciales de la mecánica cuántica. 

Además, al no depender de la repetición para conservar su estructura, este material abre una línea de investigación inédita: cómo almacenar memoria cuántica de forma estable durante largos periodos. Es decir, se comportaría como una versión cuántica de la memoria RAM que podría revolucionar la forma de diseñar ordenadores del futuro. 

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