El telescopio espacial James Webb ha encontrado evidencia sólida de vida en un planeta situado a 124 años luz de distancia.
El descubrimiento de vida extraterrestre en un planeta distinto al nuestro sería, sin duda, uno de los hallazgos más revolucionarios de la historia de la humanidad: un logro que podría cambiar nuestra percepción de nosotros mismos y obligarnos a reflexionar detenidamente sobre nuestro lugar en el cosmos.
Ahora, los científicos creen haber descubierto la evidencia más sólida hasta la fecha de vida extraterrestre en un mundo extrasolar conocido como K2-18 b, situado a 124 años luz de distancia.
Las observaciones realizadas con el Telescopio Espacial James Webb han identificado dos sustancias químicas: Sulfuro de Dimetilo (DMS) y Disulfuro de Dimetilo (DMDS) en su atmósfera.
Esto es importante porque normalmente solo se sabe que estas dos sustancias químicas son producidas por la vida.
Si bien el descubrimiento es sumamente emocionante, no constituye una prueba concluyente de vida extraterrestre, aunque se ha aclamado como la señal más sólida hasta la fecha de que este mundo extraterrestre tiene potencial para la vida.
K2-18 b tiene unas nueve veces la masa de la Tierra y es 2,6 veces mayor.
Orbita en la zona habitable de una estrella enana roja que tiene aproximadamente la mitad del tamaño del Sol.
“Esta es la evidencia más sólida hasta la fecha de actividad biológica más allá del sistema solar”, declaró el astrofísico Nikku Madhusudhan, de la Universidad de Cambridge.
“Somos muy cautelosos. Debemos cuestionarnos tanto si la señal es real como qué significa”. “Dentro de décadas, podríamos mirar atrás y reconocer que fue cuando el universo vivo estuvo a nuestro alcance. Este podría ser el punto de inflexión, donde derepente la pregunta fundamental de si estamos solos en el universo sea una que podamos responder”.