Astrónomos descubren un “FARO” CÓSMICO que NO debería EXISTIR 

El objeto, un tipo de estrella giratoria conocida como púlsar, está girando más lentamente de lo que nadie creía posible. 

Manisha Caleb y Yu Wing Joshua Lee: Cuando algunas de las estrellas más grandes llegan al final de sus vidas, explotan en espectaculares supernovas y dejan atrás núcleos increíblemente densos llamados estrellas de neutrones. Algunos de estos restos emiten potentes rayos de radio desde sus polos magnéticos. 
 
A medida que la estrella gira, estos rayos pasan por la Tierra y producen pulsos periódicos de ondas de radio, muy parecidos a un faro cósmico. Este comportamiento les ha valido el nombre de “púlsares”
 
Los púlsares suelen girar increíblemente rápido, a menudo completando una rotación completa en solo unos segundos, o incluso menos. En los últimos tres años, han surgido algunos objetos misteriosos que emiten pulsos de radio periódicos a intervalos mucho más lentos, lo que es difícil de explicar con nuestro conocimiento actual de las estrellas de neutrones. 
 
En una nueva investigación, hemos encontrado el faro cósmico más lento hasta ahora, uno que gira una vez cada 6,5 horas. Este descubrimiento, publicado en Nature Astronomy, amplía los límites de lo que creíamos posible. 
 
Nuestro faro lento también está alineado con la Tierra de una manera que nos permite ver pulsos de radio de ambos polos magnéticos. Este fenómeno poco común es el primero que se produce con objetos que giran tan lentamente y ofrece una nueva perspectiva sobre cómo funcionan estas estrellas.  

¿Un objeto que no debería existir? 
 
Descubrimos el objeto, llamado ASKAP J1839-0756, utilizando el radiotelescopio ASKAP de CSIRO, ubicado en el país de Wajarri Yamaji en Australia Occidental. 
 
Durante una observación de rutina, ASKAP J1839-0756 se destacó porque ningún objeto conocido anteriormente había sido identificado en su posición. Su emisión de radio apareció como una ráfaga que se desvanecía, con su brillo cayendo en picado en un 95% en solo 15 minutos. 
 
Al principio, no teníamos idea de que la fuente estaba emitiendo pulsos de radio periódicos. Solo se había detectado una única ráfaga durante la observación inicial. 
 
Para descubrir más, realizamos más observaciones con ASKAP, así como con el Australia Telescope Compact Array de CSIRO en el país de Kamilaroi en Narrabri, Nueva Gales del Sur, y el radiotelescopio de alta sensibilidad MeerKAT en Sudáfrica. Una larga observación de ASKAP reveló finalmente dos pulsos separados por 6,5 horas, lo que confirma la naturaleza periódica de la fuente. 
 
Pero aquí está la verdadera sorpresa: según lo que sabemos sobre las estrellas de neutrones, ASKAP J1839-0756 ni siquiera debería existir. 
 
Las estrellas de neutrones emiten pulsos de radio al convertir su energía rotacional en radiación. Con el tiempo, pierden energía y se ralentizan. 
 
La teoría estándar dice que una vez que la rotación de una estrella de neutrones se ralentiza más allá de cierto punto (aproximadamente una rotación por minuto), debería dejar de emitir pulsos de radio por completo. Sin embargo, aquí está ASKAP J1839-0756, iluminando el cosmos a un ritmo pausado de una rotación cada 6,5 horas. 
 
Una historia de dos polos 
 
La mayoría de los púlsares, los primos de ASKAP J1839-0756 que giran más rápido, son como linternas de un solo lado. El eje alrededor del cual giran está estrechamente alineado con el eje de su campo magnético, lo que significa que solo vemos destellos de un polo magnético. 

Pero en aproximadamente el 3% de los púlsares, los ejes de rotación y magnético están casi en ángulo recto entre sí, lo que nos permite ver pulsos de ambos polos. Estos raros destellos dobles, llamados interpulsos, proporcionan una ventana única a la geometría y el campo magnético de la estrella. 
 
Si los ejes magnéticos y de rotación de un púlsar se alinean más o menos a medida que se desacelera es todavía una pregunta abierta. 
 
El interpulso de ASKAP J1839-0756 podría proporcionar pistas para esta pregunta. Aproximadamente 3,2 horas después de su pulso principal, emite un pulso más débil con diferentes propiedades, lo que sugiere firmemente que estamos viendo luz de radio desde el polo magnético opuesto. 
 
Este descubrimiento convierte a ASKAP J1839-0756 en el primer objeto lento de su clase que emite interpulsos, y plantea grandes preguntas sobre cómo funcionan estos objetos. 
 
¿Magnetar o algo nuevo? 
 
Entonces, ¿qué está impulsando esta anomalía cósmica? Una posibilidad es que se trate de un magnetar, una estrella de neutrones con un potente campo magnético que hace que los imanes más potentes de la Tierra parezcan pesos pluma. 
 
Los magnetares generan pulsos de radio a través de un mecanismo diferente, que podría permitirles seguir brillando incluso a velocidades de giro más lentas. Pero incluso los magnetares tienen límites, y sus períodos suelen medirse en segundos, no en horas. 
 
La única excepción es un magnetar llamado 1E 161348-5055, que tiene un período de 6,67 horas. Sin embargo, solo emite Rayos X y no pulsos de radio. 
 
¿Podría ASKAP J1839-0756 ser algo completamente distinto? Algunos astrónomos se preguntan si objetos similares podrían ser enanas blancas, los núcleos sobrantes de estrellas menos masivas. 
 
Las enanas blancas giran mucho más lentamente que las estrellas de neutrones, pero no se ha observado que ninguna enana blanca aislada emita pulsos de radio. Y hasta ahora, ninguna observación en otras longitudes de onda ha encontrado evidencia de una enana blanca en esta ubicación en el cielo. 
 
Un rompecabezas cósmico 
 
Sea lo que sea ASKAP J1839-0756, está claro que este objeto está reescribiendo las reglas. Su extraña combinación de rotación lenta, pulsos de radio e interpulsos está obligando a los astrónomos a repensar los límites del comportamiento de las estrellas de neutrones y explorar nuevas posibilidades para lo que se esconde en el corazón de este enigma. 
 
El descubrimiento de ASKAP J1839-0756 es un recordatorio de que al universo le encanta sorprendernos, especialmente cuando creemos que lo hemos resuelto todo. A medida que sigamos monitoreando este misterioso objeto, es probable que descubramos más secretos. 

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